Milagros Una Historia Para Todas las Épocas
MILAGROS UNA HISTORIA PARA TODAS LAS ÉPOCAS
a. Tema
relacionado con el libro de éxodo 15:11
El cantico de Moisés celebra el
acontecimiento que le da a este libro su nombre el Éxodo, en el que una
multitud de esclavos escapo de las manos de la nación más poderosa de la tierra
(enemigos Egipcios) los salmistas nunca dejaron de celebrar este hecho en sus
canciones (salmos 78 y 105) y los profetas se referían al éxodo para conmover
la conciencia de la nación.
b. Términos usados
para referirse a milagros
Éxodo 7:9 Hablo Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo:
Si Faraón os respondiere
diciendo: Mostrad milagro; dirás a Aarón: Toma tu vara, y échala delante de Faraón,
para que se haga culebra.
Juan 7:21 Jesús respondió y les
dijo: Una obra hice, y todos os maravilláis
·
Señales milagrosas
Éxodo 4:8
Jehová le habla a Moisés sobre las señales
-
La vara que se convierte en serpiente
-
La mano metida en el seno que se vuelve leprosa y luego
la vuelve a meter en el seno y sale sana
Dios es un Dios de milagros extraordinarios
el sale de lo natural para que se vea lo sobre natural – lo imposible para el
hombre le corresponde a Dios hacerlo posible.
Es tiempo de salir del confort- es un buen
tiempo para recibir los milagros ahora
Declaramos el si por respuesta divina.
Moisés un hombre tardo para hablar
(tartamudo) y torpe de lengua Dios lo uso para ver milagros grandes junto con
el Pueblo de Israel.
Hoy EL Señor te dice: No tengas miedo ten fe
Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca
al hombre? ¿O quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo
Jehová? Éxodo 4:11
c. Propósitos de
los milagros
1. En el antiguo testamento
·
Para demostrar que Dios es el Señor
Cuando el pueblo pierde su rumbo, tras dioses ajenos, Dios
permite destrucción para que el hombre reconozca quien es DIOS, no porque es un
Dios malo, sino porque su amor y misericordia hace que el hombre reconozca el
poder de DIOS.
1 Reyes 18:36-39
Porque yo enviaré esta vez todas mis plagas a tu corazón,
sobre tus siervos y sobre tu pueblo, para que entiendas que no hay otro como yo
en toda la tierra. Éxodo 9:14
Cuando llegó la hora de ofrecerse el
holocausto, se acercó el profeta Elías y dijo: Jehová Dios de Abraham, de Isaac
y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu
siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas.
37 Respóndeme, Jehová, respóndeme,
para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú vuelves
a ti el corazón de ellos.
38 Entonces cayó fuego de Jehová, y
consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua
que estaba en la zanja.
39 Viéndolo todo el pueblo, se
postraron y dijeron ¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!
2 Reyes 5:8-15 Naamán, general
del ejército del rey de Siria, era varón grande delante de su señor, y lo tenía
en alta estima, porque por medio de él había dado Jehová salvación a Siria. Era
este hombre valeroso en extremo, pero leproso.
Cuando Eliseo el varón de Dios oyó que el rey de Israel
había rasgado sus vestidos, envió a decir al rey: ¿Por qué has rasgado tus
vestidos? Venga ahora a mí, y sabrá que hay profeta en Israel.
9 Y vino Naamán con sus caballos y
con su carro, y se paró a las puertas de la casa de Eliseo.
10 Entonces Eliseo
le envió un mensajero, diciendo: Ve y lávate siete veces en el Jordán, y tu
carne se te restaurará, y serás limpio.
11 Y Naamán se fue enojado, diciendo:
He aquí yo decía para mí: Saldrá él luego, y estando en pie invocará el nombre
de Jehová su Dios, y alzará su mano y tocará el lugar, y sanará la lepra.
12 Abana y Farfar, ríos de Damasco,
¿no son mejores que todas las aguas de Israel? Si me lavare en ellos, ¿no seré
también limpio? Y se volvió, y se fue enojado.
13 Mas sus criados se le acercaron y le
hablaron diciendo: Padre mío, si el profeta te mandara alguna gran cosa, ¿no la
harías? ¿Cuánto más, diciéndote: Lávate, y serás limpio?
14 El entonces
descendió, y se zambulló siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del
varón de Dios; y su carne se volvió como la carne de un niño, y quedó limpio.
15 Y volvió al varón de Dios, él y
toda su compañía, y se puso delante de él, y dijo: He aquí ahora conozco que no hay Dios en toda la
tierra, sino en Israel. Te ruego que recibas algún presente de tu
siervo.
Reconocer que El Dios que adoramos siempre estará dispuesto
para sanar la lepra producida por el pecado.
·
Para designar los mensajeros de Dios
1 Reyes 17:17-24
2 Reyes 1:10-12
·
Para confirmar la fe
2 Reyes 2:13-14 También recogió el manto de Elías que se le
había caído, y regresó y se paró a la orilla del Jordán.
14 Y tomando el manto de Elías que se le había
caído, golpeó las aguas, y dijo: ¿Dónde está el SEÑOR, el Dios de Elías? Y cuando él golpeó también las aguas,
éstas se dividieron a uno y a otro lado, y pasó Eliseo.
·
Para liberar al pueblo de Dios
Éxodo 14:21-30
Josué 10:12-14
·
Para cuidar de los necesitados
1 Reyes 17:10-16
- En la vida de Jesús
·
Para mostrar compasión
Mateo 14:14
Mateo 15:32
·
Para probar que era DIOS
Marcos 2:8-12
Juan 20:30-31
·
Milagro dones dado a las iglesias
1 corintios 12: 10-29
Gálatas 3:5
MILAGROS DE JESÚS
Que milagro necesitas tú
o Cambio el agua en vino ( juan cap 2 )
Enseguida el encargado de la fiesta llamó al
novio 10 y le dijo: «Siempre se sirve primero el mejor vino, y luego, cuando ya
los invitados han bebido bastante, se sirve el vino corriente. Tú, en cambio, has dejado el mejor vino
para el final
o
Sano el hijo del oficial en Capernaum (Juan
4:43-54)
El oficial del rey le dijo: Señor, desciende antes que mi
hijo muera. Jesús le dijo: Ve, tu hijo vive. Y el hombre creyó la palabra que
Jesús le dijo, y se fue. Cuando ya él descendía, sus siervos salieron a
recibirle, y le dieron nuevas, diciendo: Tu hijo vive
o
Expulso un demonio en capernaum (Marcos 5:7, 8).
“Tú, espíritu maligno, sal del hombre” (Marcos 5:7, 8).
o
Sano a la suegra de Pedro (Mateo 8:14-17)
Cuando Jesús llegó a la casa de Pedro, vio que la suegra de
Pedro estaba en cama y con fiebre. 15 Jesús le tocó la su mano y la fiebre la
dejó. Entonces ella se levantó y empezó a atenderlos.
o
Red llena de peces Mateo 4:18-22; Marcos
1:16-34; Lucas 4:33-5:11
Cuando acabó de hablar y de despedir a la gente, le dijo a
Simón Pedro: “Lleva la barca hacia aguas más profundas, y echen allí las redes
para pescar”. Simón le contestó: “Maestro, hemos estado trabajando duro toda la
noche y no hemos pescado nada. Pero como tú lo mandas, echaré las redes otra
vez”. Hicieron como Jesús les dijo, y
recogieron una cantidad tan grande de peces que las redes se les rompían. Simón
y Andrés no podían con ellas
o
Sano al paralitico (Mt. 9.1-8; Lc. 5.17-26)
Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud,
descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el
lecho en que yacía el paralítico.
Al ver Jesús la fe
de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.
o
Sano a un hombre para latico en Betesda Juan
5:1-18
En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y
paralíticos, que esperaban el movimiento del agua.
Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y
agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento
del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese.
Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que
estaba enfermo.
Cuando Jesús lo vio
acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano?
Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el
estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende
antes que yo.
Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y
anda.
o
Sano a un hombre de la mano seca (Marcos 3) le
dijo al hombre: “Extiende tu mano.” Y
él la extendió, y su mano quedó sana
o
Sano al ciervo del centurión ( Mateo 8:5-13 y Lc. 7.1-10)
Entonces Jesús
dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho. Y su criado fue
sanado en aquella misma hora.
o
Resucito al hijo de la viuda ( Lucas 7:11-17)
Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo:
No llores.
Y acercándose, tocó
el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo: Joven, a ti te digo,
levántate.
Entonces se incorporó
el que había muerto, y comenzó a hablar. Y lo dio a su madre.
Y todos tuvieron
miedo, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre
nosotros; y: Dios ha visitado a su pueblo.
o
Calmo una tormenta (MATEO 8:18, 23-27 MARCOS
4:35-41 LUCAS 8:22-25)
Las olas empiezan a golpear la barca, y esta empieza a
“llenarse de agua”, de modo que están en peligro (Lucas 8:23). Aun así, ¡Jesús
sigue durmiendo!
Los hombres luchan con todas sus fuerzas por controlar la
barca, como han hecho en otras ocasiones. Pero esta vez la situación se les
escapa de las manos. Entrando en pánico, se acercan a Jesús y le ruegan:
“¡Señor, sálvanos! ¡Nos vamos a morir!” (Mateo 8:25). Los discípulos tienen
miedo de ahogarse.
Cuando Jesús se despierta, les dice: “Hombres de poca fe,
¿por qué están tan asustados?” (Mateo 8:26). Entonces, reprende al viento y le
ordena al mar: “¡Silencio! ¡Cállate!” (Marcos 4:39). Enseguida los fuertes
vientos se detienen y el mar se queda en calma. (Tanto Marcos como Lucas
registran este impresionante episodio. Primero destacan el milagro de Jesús y luego
la falta de fe de los discípulos).
o
Sano la mujer con el flujo de sangre y resucito
la hija de Jairo (Marcos 5:21-43 y Mt. 9.18-26; Lc. 8.40-56)
Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva
Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el
cuerpo que estaba sana de aquel azote.
Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había
salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos?
Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de
la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro?
Y entrando, les dijo: ¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no está muerta, sino duerme.
Y tomando la mano
de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo,
levántate.
Y luego la niña se
levantó y andaba, pues tenía doce años. Y se espantaron grandemente.
o
Sano a un hombre mudo (Mateo 9:32-34)
Después de que aquellos hombres
salieron de la casa, unas personas le trajeron a Jesús un hombre que no podía
hablar porque tenía un demonio. 33 Cuando Jesús
expulsó al demonio, el hombre pudo hablar. La gente que estaba allí se quedó
asombrada, y decía: «¡Nunca se había visto algo así en Israel
o
Alimento a cinco mil Marcos 6:30-44
Este es un lugar apartado y ya es muy tarde. 36 Despide a la
gente, para que vayan a los campos y pueblos cercanos y se compren algo de
comer.
Denles ustedes mismos de comer —contestó Jesús.
¡Eso costaría casi un año de trabajo![a] —objetaron—.
¿Quieres que vayamos y gastemos todo ese dinero en pan para darles de comer?
¿Cuántos panes tienen ustedes? —preguntó—. Vayan a ver.
Después de averiguarlo, le dijeron: Cinco, y dos pescados.
Entonces les mandó
que hicieran que la gente se sentara por grupos sobre la hierba verde. 40 Así
que ellos se acomodaron en grupos de cien y de cincuenta.
Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados y, mirando al
cielo, los bendijo. Luego partió los panes y se los dio a los discípulos para
que se los repartieran a la gente. También repartió los dos pescados entre
todos. Comieron todos hasta quedar
satisfechos, y los discípulos recogieron doce canastas llenas de pedazos de pan
y de pescado. Los que comieron fueron
cinco mil.
o
Camino sobre el agua Mateo 14:22-33
Cuando la hubo despedido, Jesús subió a un cerro, para orar
a solas. Al llegar la noche, estaba allí él solo, 24 mientras la barca ya iba
bastante lejos de tierra firme. Las olas azotaban la barca, porque tenían el
viento en contra. 25 A la madrugada, Jesús fue hacia ellos caminando sobre el
agua. 26 Cuando los discípulos lo vieron andar sobre el agua, se asustaron, y
gritaron llenos de miedo:
¡Es un fantasma!
Pero Jesús les habló, diciéndoles:
¡Calma! ¡Soy yo: no tengan miedo!
Entonces Pedro le
respondió:
Señor, si eres tú, ordena que yo vaya hasta ti sobre el
agua.
Ven —dijo Jesús.
Pedro entonces bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el
agua en dirección a Jesús. 30 Pero al notar la fuerza del viento, tuvo miedo; y
como comenzaba a hundirse, gritó:
¡Sálvame, Señor!
Al momento, Jesús
lo tomó de la mano y le dijo:
¡Qué poca fe tienes! ¿Por qué dudaste?
En cuanto subieron
a la barca, se calmó el viento. 33 Entonces los que estaban en la barca se
pusieron de rodillas delante de Jesús, y le dijeron:
¡En verdad tú eres el Hijo de Dios!
o
Sano a un sordo Marcos 7:31-9:37
Jesús volvió a salir de la región de Tiro. Pasó por la
región de Sidón y llegó al Lago de Galilea, en el territorio de Decápolis.
Allí le llevaron a
Jesús un hombre sordo y tartamudo, y le rogaron que pusiera las manos sobre él
para sanarlo.
Jesús tomó al hombre
y lo llevó aparte, lejos de la gente. Luego puso sus dedos en los oídos del
hombre y le puso saliva en la lengua.
Después miró al cielo, suspiró y dijo: «¡Efatá!», palabra que significa «¡Ábrete!» En ese
momento el hombre pudo oír y hablar normalmente.
o
Pago el impuesto del templo con una moneda de la
boca de un pescado
(Mateo 17:27) Pero, para no servir de tropiezo a nadie, vete
al lago, echa
el anzuelo y saca el primer pez que pique. En su boca encontrarás una moneda,
(salario de cuatro días) que será suficiente para pagar mi impuesto y el tuyo;
llévala y págalos.
o
Resucito a Lázaro Juan 11:38-44
Conmovido una vez más, Jesús se acercó al sepulcro.
Era una cueva cuya entrada estaba tapada con una piedra.
Quiten la piedra —ordenó Jesús.
Marta, la hermana del difunto, objetó:
Señor, ya debe oler mal, pues lleva cuatro días allí.
¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios? —le contestó Jesús.
Entonces quitaron la piedra. Jesús, alzando la vista, dijo:
Padre, te doy gracias porque me has escuchado.
Ya sabía yo que siempre me escuchas, pero lo dije por la
gente que está aquí presente, para que crean que tú me enviaste.
Dicho esto, gritó con
todas sus fuerzas:
¡Lázaro, sal fuera!
El muerto salió, con vendas en las manos y en
los pies, y el rostro cubierto con un sudario.
Quítenle las vendas y dejen que se vaya —les dijo Jesús.
o
Sano a la mujer encorvada Lucas 13:10-17
Un sábado Jesús estaba enseñando en una de las sinagogas,
Y estaba allí una
mujer que por causa de un demonio llevaba
dieciocho años enferma. Andaba encorvada y de ningún modo podía
enderezarse.
Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo:
Mujer, quedas libre de tu enfermedad.
Al mismo tiempo, puso las manos sobre
ella, y al instante la mujer se enderezó y empezó a alabar a Dios
ES UN BUEN MOMENTO PARA RECIBAS
TU MILAGRO
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